Creo que si se cuidaran las clases, hubiera interés por tener motivado al alumno, se flexibilizara la metodología a razón de las circunstancias de cada día y se pusiera toda la profesionalidad que se posee al servicio de los estudiantes, aprenderíamos más que por estudiar de un tirón en tres días para un examen.
Los exámenes son una herramienta rápida para calificar, conductismo puro y duro para otorgarnos el pase al siguiente nivel.
Dónde está la participación en clase, las valoraciones sobre las prácticas que vamos haciendo con esfuerzo (aparte de la nota del pdf que nos cuelgan en el tablón), quién nos pregunta sobre las mismas una vez las soltamos en la mesa grande del profesor, cuántas charlas tenemos acerca del curso de la asignatura, que profesor se molesta en obtener valoración de su propia práctica preguntando a los alumnos.
¿Y quieren profesionales críticos con la educación y la enseñanza?
A esto se le llama cuantificar: han sido diez prácticas entregadas con valor 0,5 cada una, eso hace un total de...5 puntos!!! ahora ve a por el examen y si lo apruebas superas la asignatura.
Queremos evaluaciones continuas y nos dan gato por liebre.
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