martes, 26 de abril de 2011

¡Buscad y encontraréis! (La indiferencia: la peor de las actitudes)

"Es cierto, las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda?, ¿quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no se trata de una pequeña élite cuyas artimañas comprendemos perfectamente. Es un mundo vasto, y nos damos cuenta de que es interdependiente. Vivimos en una interconectividad como no ha existido jamás. Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlo, debemos observar bien, buscar. Yo les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia, decir "paso de todo, ya me las apaño". si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes insdipensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue".


Extracto de ¡Indignaos!, Stéphane Hessel (2011)


miércoles, 20 de abril de 2011

Me duelen mis ilusiones

Esta es la entrada con la que una compañera se expresaba en una red social, nos gustó y por ello hemos querido publicarla en este blog, ¡gracias Tere!

¿Que más se necesita para llegar al límite?
¿hasta donde estamos dispuestos a aguantar?
¿hasta donde llega tu egoísmo, tu pachorra, tu conformismo?
¿de verdad crees que el tema no va contigo?
¿sois conscientes al menos del tipo de sociedad que tenemos?
Supongamos que si...¿pensáis quedaros quietos?
preguntas "sin respuesta" (dando por hecho que ni Dios leerá esto, y eso que estamos ya casi en Semana Santa...) que lanzo al aire, intentando una vez más que la gente, vosotros y vosotras os paréis a pensar, a informaros, a conocer. Tan fácil y tan difícil como eso. Tenéis los ojos vendados, salid de vuestra maldita caverna y abrid los ojos ante el mundo que tenéis delante. Puede que me vuelva loca un día, puede que no llegue a ver cumplidas mis ilusiones antes de que el motor que mueve mi vida se pare en seco; pero aún así me compensa, me compensa mucho más cabrearme y volverme loca ante el mundo que veo y quiero cambiar. Hay tantísimas cosas por hacer, tanto por construir y cambiar y tan pocas las "armas"...La educación es el arma fundamental para cambiar el mundo, y por desgracia la que menos se usa, porque es en este mundo corrupto en el cual la simplicidad es la reina y señora dominante, se manipula hasta la educación que recibimos, TODO, absolutamente todo no es más que un simple espejismo de lo que realmente es. Y sólo caes en la cuenta cuando estás en el meollo del asunto y despiertas de golpe y porrazo. Imaginad que os despiertan todas las mañanas con un jarro de agua fría, pues de esa manera he tenido que despertar yo, de esa manera he podido ser consciente de toda la basura que nos rodea, de todos los principios y valores falsos que nos inculcan, de que todo lo posible que nos venden en teoría se torna negro a la hora de llevarlo a la práctica, porque no dejan de ser utopías. Porque el cambio está en nosotros, en nuestra pequeña revolución interna. Porque sé que igual yo sola no puedo cambiar el mundo, pero intentaré por todos mis medios cambiar mi pequeño entorno.
Asi que, si aún alguien me lee, sólo se me ocurre pediros, que os preocupéis más por conocer porque sólo así podréis entender. Mi misión no es más que la de provocar la chispa que avive el fuego, el fuego interior que todos tenemos dentro y que se preocupan de manera subliminal aunque concienzuda de extinguir aquellos a los que no le interesa que la gente, personas como tú y como yo, como el vecino de enfrente o como tu prima piensen y sean críticos.En fin. SOCORRO.

martes, 19 de abril de 2011

Jóvenes durmientes

Érase una vez un lejano reino donde los niños eran dotados con el don de la imaginación y la fantasía. Gracias a esto ellos podían jugar libremente creyendo en sí mismos y en sus posibilidades. También crecían con una enorme capacidad para tener ideas propias y no aceptar todo lo que los mayores les imponían.

Pero un día llegó una bruja malvada que quería ser la más poderosa y echó una maldición a todos los niños:
"Iréis todos a las mismas escuelas, veréis la tele durante horas y jugaréis con máquinas. Cuando lleguéis a la mayoría de edad vuestras mentes estarán adormecidas"

Y desde entonces en el mundo pasó de todo pero nadie hizo nada.

¿Qué hay de extraño aquí?

a)  Las brujas no existen
b) ¿Dónde están las perdices?
c)  No es un cuento


martes, 5 de abril de 2011

No presencial

Se crea mucho debate en torno al tema de la no presencialidad, tanto entre profesores, como entre los propios compañeros/as.
Este curso más que nunca he elegido, por propia iniciativa y por desmotivación, no asistir a gran parte de las clases. Y no es por vagueza o pereza como muchos/as pueden pensar, sino porque me niego a estar sentada en una silla escuchando durante una hora o dos, los mismos debates, el mismo lenguaje que pretende disfrazar la desigualdad poniéndole nombres bonitos como "atención a la diversidad", repasando la misma teoría que llevamos interiorizando desde que empezamos la carrera,y en fin, perdiendo el tiempo.
Un día en una clase un profesor nos dijo que debíamos decidir que era más importante: la nota de nuestro expediente y seguir las normas sin cuestionarlas, o centrarnos en nuestro propio desarrollo personal, leyendo, debatiendo y reflexionando sobre aquello que realmente mueve nuestros intereses y motivaciones. Yo elijo lo segundo, aunque es hipócrita pensar que llegaré lejos con esta opción.
Aún así, no voy a ir en contra de mis principios, que para eso estoy cursando una educación que yo he elegido que debe ser libre para todos/as, por tanto, es respetable mi decisión, y la de cualquier/a compañero/a que elija no asistir a clase, sea por el motivo que sea.
Estoy cansada de que me manden a la UNED (y de que me la pinten de universidad pública cuando no lo es, echadle un vistazo a los precios de la matrícula y de los libros), de que intenten convencerme de que una carrera como Pedagogía se puede entender a través de libros y apuntes, de hipocresías, de estar sentada en un aula debatiendo sobre qué hay que cambiar en la educación mientras no hacemos nada, no sólo nosotros/as, sino los/as propios/as profesores/as.

"Mi escolarización no sólo fue un fracaso en tocante a enseñarme lo que decían enseñarme, sino que me impidió a tal punto ser educado que me enfurece pensar en lo mucho que podría haber aprendido en casa por mí mismo".
-Bernard Shaw-

domingo, 3 de abril de 2011

Cambiar la educación para cambiar el mundo

"Pero la violencia no se expresa solamente, o nisiquiera principalmente, en asesinatos y guerras. La esencia de la violencia radica en la insensibilización ante el dolor y la muerte del prójimo, una condición desalmada que también se pone de manifiesto en las decisiones que anteponen el lucro a la vida. La mayor parte de los problemas de injusticia constituyen la expresión de una implícita violencia, que, percibida como tal engendra a su vez, violencia-desde la escuela primaria al terrorismo. Y, sobre todo, entra en juego una violencia implícita- es decir una inhumanidad enmascarada-en la decisión del mundo de regirse según los intereses de sus adinerados hombres de negocios a costa de grandes sufrimientos, pobreza, destrucción y desamparo por parte de una fracción alarmantemente creciente de la población.
(...) Estamos ante un holocausto oculto, una patología social de dimensiones y consecuencias gigantescas.
(...) Nuestra mejor alternativa, me parece, es la de prevenir en vez de curar a través de la salud pública y, especialmente, a través de la educación."
- Claudio Naranjo -