sábado, 27 de noviembre de 2010

Hablaré de un caso personal

El año pasado,  hice una optativa de tercero, y recalco, OPTATIVA, porque me gustaría hablar del poco valor que se les da a estas asignaturas, que parece que por ser optativas no tienen ninguna importancia. Y no es que  los alumnos/as no se la den, es que los profesores/as son los primeros que "pasan la mano, hacen la vista gorda" y ni se preocupan de dar clase de manera profesional.
Me gustaría dejar plasmada mi experiencia del año pasado con "Orientación Escolar y Tutoría" una asignatura bastante útil para todo aquel/ella que quiera dedicarse o encaminar su futuro profesional hacia la orientación en centros.
Pues bien, resulta que en principio la asignatura no se solapaba con ninguna asignatura de segundo, que era mi año, pero más tarde resultó que los horarios estaban mal (me gustaría hacer otra crítica a la dichosa automatrícula, en la que te hacen escoger asignaturas casi a "pitopito gorgorito" porque no hay ninguna información de las mismas y luego acabas tragando cola en secretaría para alterar porque no es lo que esperabas, pero bueno, ese es otro tema) por lo que no podía ir los dos días semanales que se impartía la asignatura, lo hablé con el profesor, y no se dignó ni a ofrecerme un simple hueco en sus tutorías para hacer que mi trayectoria en la asignatura fuera mejor de lo que se esperaba que fuera; lo único que me dijo fue "preséntate en septiembre, que el examen será tipo test y muy fácil" así se tranquiliza cualquiera, ¿no?
Bien, pues teniendo en cuenta esto, saqué el libro, el cual leí y digo LEÍ entero, no me lo estudié, pues es sabido que para un tipo test, es decir, prueba de reconocimiento y no de recuerdo, son más eficaces las claves de recuperación que cualquier otro método, así leí comprendiendo y nada más. Cual fue mi sorpresa cuando el profesor además de llegar una hora y media tarde al examen, llegó con un "taco" de folios dispuesto a redactar un examen de desarrollo. Me enfadé muchísimo como es lógico, le dije que no era lo que dijo y me repitió hasta en tres ocasiones. Y me dijo que o lo hacía o me largaba, decidí hacerlo, con el berrinche encima, y no tuvo mejor manera de "motivarme" que decirme literalmente "no te preocupes, lo que importa es la actitud"  en un tono poco amable. Total, que me agobié y me largué del examen a medio hacer.

¿Mi conclusión? Viva la profesionalidad de algunos/as profesores/as, que no se acuerdan ni de la fecha ni de preparar un dichoso examen.

¿Que hice? No pude hacer absolutamente nada más que esperar la nota (al final fue un cinco, imagino que el más merecido de mi vida, pues seguro que le habría encantado suspenderme) y callar, ya que intenté poner una queja formal y los mismos profesores me dijeron que no serviría de nada al ser yo la única. VERGONZOSO. Parece que si no vamos en masa, no nos escuchan, en fin, a ver si desde aquí al menos llegan nuestras voces a alguna parte, o una vez más se pierden en el aire.

He aquí mi aportación y mi queja, perdonad que haya soltado este rollo que quizás interese a pocos/as.

Espero que os animéis todos/as aquellos/as que nos leeis, que sois muchos/as, pues no hay mejor forma de desahogarse.

5 comentarios:

mda dijo...

me pregunto por qué hiciste caso al profesorado que te dijo que una queja no sirve para nada, esa actitud es la que hace que sigamos callados. Las quejas se regstran por secretaría (es decir queda constancia de ellas) una queja registrada debe ser cursada, ¿por qué? porque esa queja se reflejará en la memoria final de la facultad que sea y en su defecto en el informe del defensor universitario, el último paso... inspección de servicios. Pero para todo eso es verdad que hay que tener paciencia y ganas...también hay fórmulas más directas

Anónimo dijo...

Por supuesto que quedará constancia de ellas, pero ¿sabes donde? en el baño de los profesores porque lo único que hacen con quejas de esa índole es limpiarse el culo.
El mismo profesor con el que hablé me lo dijo, ¿qué ganas quedan de moverse ante eso? si ellos mismos te están dejando claro que se tapan unos a otros. Una sola persona no puede hacer nada ante el que es más "grande". Qué más hubiese querido yo.

mda dijo...

pues deberías preguntar a qué dos profesores consiguieron quitar de dar clase en una titulación debido a las quejas de los estudiantes, que posteriormente dieron lugar a movilizaciones conjuntas...pensar que una sola persona no puede hacer nada es pensar que por más personas que lo intenten nada cambiará,para motivar a la gente hay que actuar personalmente primero, el profesorado cuando entra a un centro se encuentra con las mismas trabas por parte de sus compañeras/os, pero son las motivaciones individuales las que hacen que el resto se una hacia un cambio posible. Pero esa es mi opinión y a pesar de todo sé lo dificil que resulta dar el paso cuando nos afecta personalmente

Anónimo dijo...

Bueno, recuerdo el caso de un profesor que me suspendió con un 0.0 después de hora y media de exámen. Reconozco que muchos de mis exámenes son bastante peculiares pero ese no es el caso. Le mandé hasta 4 correos al profesor pidiendole algún tipo de explicación, de buenas maneras, sin enojo, sólo para preguntarle si alguno de mis comentarios le había molestado (ya que escribí 3 páginas a doble cara). ¿Su respuesta? 4 correos que me indicaban que el mensaje había sido abierto. Genial, por supuesto pensé en acercarme por la facultad, pero ante mi mosqueo asesino por semejante cobardía y falta de profesionalidad y ante mi falta de tiempo incluso para respirar (y por supuesto, con los fantásticos precendentes de profesores chulescos que incluso te sugieren entre risas que te tires de un octavo [verídico] decidí rendirme y convertir mi ira en obras de arte abstractas creadas mentalmente... Muchos profesores son un claro ejémplo de lo que es la educación, que un tipo te mida de manera absolutamente subjetiva tus conocimientos y luego te "marque" según le parezca o el día que haya tenido es como para ponerse a mear y no echar gota.

Anónimo dijo...

Si nos quejamos cuando hay que quejarse y lo hacemos a quien corresponde, poco a poco y sin enfados prematuros si es posible. Todos los profesores saben el valor de una queja, pero tambien saben lo fácil que es callar al almunado.